Cebolla
Parece contradictorio que alguien que en su vida concreta es satírica hablando y payasesca actuando, un poco lista y bastante más boba, escriba de un modo tan serio y solemne, dramático a veces, tan "oh, cruel destino que el Cielo me envía" cuando el destino, sinceramente, le importa sólo en ciertos momentos. Alguien que no sabe ceder a la melancolía aunque la melancolía le parezca la cumbre de la estética, un estado idealmente plácido donde habitan palabras tan hermosas como "sombra", "espectro", "ausencia", "polvo", "destierro", "sangre", "piedra", "vacío"; que no se pregunta por el sentido profundo de la existencia humana sino cuando mira películas de superhéroes. Y que, sin embargo, lee ansiosamente pretendiendo respuestas de lo que nunca se ha interrogado, y escribe sobre nada, y se esfuma.