(...)
-Y después de todo, ¿qué?..., yo estaba en la izquierda porque estaba en la izquierda y enseguida se estrecharon entre la izquierda y yo toda suerte de vínculos, de fidelidades; he comprendido lo que querían, los he ayudado a hacerlo, y he estado más y más cerca de ellos cada vez que han querido imponerles trabas…
-Mientras uno esté solamente casado con una política, eso no tiene importancia –dijo Sembrano-; pero cuando uno tiene hijos con ella…
-A propósito, ¿tú qué eras? ¿Comunista?
-No, socialista de derecha. Y tú, ¿comunista?
-No –dijo Magnin, retorciéndose el bigote-, socialista también. Pero revolucionario de izquierda.
-Yo –respondió Sembrano con una sonrisa triste que armonizaba con la proximidad de la noche- era sobre todo pacifista…
-Las ideas cambian… -dijo Vallado.
-Las gentes que defiendo no han cambiado. Y sólo eso importa.
*
En “La esperanza”, de André Malraux, 1937.