domingo

Afiches


Siempre me llamó la atención el imaginario republicano durante la Guerra Civil Española y su expresión en la cartelería, con independencia de su mensaje moralizante ("un borracho es un parásito... ¡eliminémoslo!"), educativo (en sus campañas contra las enfermedades venéreas o contra el analfabetismo) y de su carácter manifiestamente político, cargado de exaltación épica. Sin embargo, y aunque en 1936 el "diseño" y la "gráfica de alto impacto" no estaban de moda, los afiches republicanos no descuidaron nunca su valor estético, heredero de las primeras vanguardias. Los dibujantes del Sindicato de Bellas Artes también resistían, con otras armas.

viernes

Escribiendo es más simple, claro, pero es imposible estar mandando cartas a todo el mundo, o dedicándoles brevísimos poemas, casi epigramas, para declarar amores u odios en alta frecuencia. Por no hablar de lo escabroso que es encontrar las palabras adecuadas que no me hagan sonar barroca, ni parecer fría, ni asemejarme a una pobre diabla coleccionista de estampillas. Daría cualquier cosa por deshacer este dique que se levanta en mi boca cuando quiero hablar de lo que me importa, porque me importa demasiado, y sólo consigo ser indescifrable, como un revólver que se descarga a sí mismo quemado de furor y desmesura. Entonces los demás, con el tiempo, aprenden a adivinarme, y a veces son certeros, sí, pero otras tantas me suponen entera cuando me estoy partiendo en dos. No es culpa de ellos, por supuesto. Pero es curiosa la virtud de esta mano que sostiene las de otros mientras ella misma vacila al borde de una cornisa.

lunes

El trabajo no dignifica, farsantes, terminemos de una vez con esta falacia. El trabajo tritura las horas y las semanas, traga y nos vomita cuando ya cerraron todos los negocios y el neón da su patético espectáculo nocturno. Acabemos con la Madre Teresa y su idea de lo bello que es ser útil a los demás; Santa Madre Teresa, además de ser pésima escritora, nos hace sentir el más vil de los seres por desear sumirnos en la ociosidad. Bueno, de haber vivido en la U.R.S.S., mis días hubieran transcurrido en la suave Siberia en castigo por pretender ser "un parásito de la sociedad socialista". Pero yo no quiero ni campos ni mansiones ni cruceros ni mucamas que me aspiren las alfombras. Me conformo con que me dejen mojar el chocolate en el café, una bufanda rojo sonoro y todas las películas de Buñuel, y no tener que trabajar nunca: quiero que me devuelvan el tiempo devorado.

martes

Pasión arrasadora

...Ambos se unieron en un beso mágico, espléndido, magnífico, regio, mientras a su alrededor sonaban dulces campanas de ángeles y volaban coloridas mariposas, en una encantadora danza, la concreción del amor largamente esperado. La tomó entre sus fornidos brazos y la tendió sobre el lecho...
Caray. Con estas desviaciones románticamente baratas (pura parodia, y no) nunca voy a poder escribir una escena de sexo explícito. Estoy condenada a un público escaso, entonces, como siempre todo.